27 mayo recuerdos, homenajes y agradecimientos

A 35 años de un hecho histórico en el cual me tocó participar, publico las palabras que expresé durante la ceremonia de conmemoración, el 27 de mayo de 2017 en la V Brigada Aérea Heroica.
El objetivo fue agradecer, homenajear y principalmente dejar testimonio sobre lo sucedido.

Sé que al asumir la responsabilidad, de expresar palabras alusivas en este acto de conmemoración por los 35 años del conflicto por la defensa de la soberanía de nuestras Islas Malvinas, todos esperan frases llenas de lujos en prosas y calidad idiomática que avalan a un buen orador, pero mi intención es mucho más simple y humilde, es realizar eternos agradecimiento y principalmente homenajear a los Ángeles Halcones que allá quedaron.

Quisiera llegar a ustedes en mi relato de cómo fuimos rescatando los valores, virtudes y principios por los cuales elegimos esta profesión, hasta donde y porque llegamos, Uds. se preguntaran cómo fue eso?.
Eso fue, a través de los hechos ocurridos antes, durante y al finalizar el conflicto que nos correspondió participar, pero desde el punto de vista de un joven de 23 años, habilitado hacía solo unos meses como piloto apto para el combate; y principalmente para dejar testimonio sobre nuestros nueve ángeles alados que quedaron custodiando el atlántico sur y los que nos van dejando en el camino de la vida.

Por ello comienzo relatando, que el día 2 de abril de 1982 nos sorprende la situación reinante en el Grupo 5 de Caza, al ver entre los presentes al Sr. Jefe de Grupo, ya que normalmente la presentación era ante los Jefes de Escuadrones para el inicio de las actividades diarias.
Luego de la presentación correspondiente el Jefe de Grupo nos da la noticia de la recuperación de nuestras Islas Malvinas.
Mayúscula sorpresa, algo de alegría pero principalmente una gran incertidumbre.

La pregunta era hasta donde escalaría el conflicto, más sabiendo nuestras funciones y responsabilidades como el brazo aéreo armado de nuestra nación.

El bar del Grupo Aéreo era un hervidero, pero las deliberaciones, cabildeos y charlas demoraron muy poco, y acá comienzo con los agradecimientos: que hicieron nuestros Jefes de Escuadrones?
No dudaron demasiado en asumir las responsabilidades del momento y dieron la orden que sin dudas manifestaba el concepto de Fuerza Aérea y la preparación profesional que nos precedía nos dijeron:
“Señores somos la defensa aérea del país y lo peor que puede suceder es entrar en combate, así que a prepararse para ello”.
Con esas pocas y sensatas palabras comenzó lo que después nos ayudaría a suplir las enormes diferencias con la fuerza de tareas británicas, de ahí este primer agradecimiento hacia ellos en no quedarse obnubilados con la noticia y esperar que los acontecimientos nos sobrepasaran, su capacidad de conducción se vio posteriormente en los resultados y como si esto fuera poco demostraron (muy a nuestro pesar, por lo que les podía suceder) el haber entrado en combate como cualquiera de sus conducidos, por ello serán siempre los primeros referentes en nuestras vidas, por su compromiso, hombría de bien y respeto hacia la palabra empeñada.
Muchas gracias pero muchas gracias Vicecomodoro Zini.
Muchas gracias pero muchas gracias Vicecomodoro Dubourg.
Muchas gracias pero muchas gracias Vicecomodoro Mariel.
Su ejemplo y conducción fue determinante para el logro de la misión asignada.

Antes de continuar con los agradecimientos, realizaré un pequeño resumen de lo vivido, principalmente para que los familiares de nuestros Ángeles, como así también a nuestros familiares, al público y camaradas, así se enteran de algunos hechos sino los conocen.

En esos momentos y a la luz de los hechos la Fuerza Aérea no tenía ningún tipo de responsabilidad, tanto sea en el aspecto doctrinario como legal de intervenir en este conflicto, ya que el espacio aéreo de nuestra jurisdicción no llegaba más allá de las 18 millas náuticas del límite de nuestras costas territoriales y lo que es peor, no podía desarrollar medios aéreos adecuados para tal fin, así estaba estipulado por ley desde el año 1968, por ese motivo nuestros sistemas de armas no estaban preparados para combatir contra elementos de superficie, o sea buques de todo tipo.
Tal es así, que la preparación recibida como pilotos aptos para el combate de los gloriosos A4-B durante años anteriores, era absolutamente nula en el aspecto de un combate aeronaval.

Realizada esta aclaración de fundamental importancia para el desarrollo y desempeño de nuestro Grupo continuamos con lo sucedido.

Luego de recibir la orden de los Jefes de Escuadrones, de inmediato los Jefes de Escuadrillas, profesionales a los cuales la mayoría les debemos parte de nuestra existencia por su capacidad, responsabilidad y principalmente por el coraje demostrado durante todo el conflicto, comenzaron a reunirse, analizar y ordenar a sus numerales las tareas a realizar.
Se comenzó con el estudio de las fuerzas enemigas en todo sus aspectos: cantidad, calidad, estado, formas, características y demás detalles complementarios, para conocer en profundidad lo que a la postre sería lo que debíamos combatir representado en buques, aviones y personal que conformaban una poderosa fuerza de tareas británicas que fue desplegada hacia el sur argentino.

Entre otras medidas se solicitó a la Armada Argentina, que destacara un especialista aeronaval para que explicara y asesorara de acuerdo a los procedimientos por ellos utilizados en este tipo de maniobras, tal es así que el 5 de abril se apersonó el Capitán de Fragata Troitiño piloto de A4-Q, aeronave muy similar a nuestros A4-B y realmente las explicaciones no fueron muy alentadoras que digamos.

Luego de dejar un pizarrón marcado con trayectorias de misiles, cañones y demás elementos de defensa aérea que poseían los buques británicos, nos dejo una conclusión lapidaria, dijo sin inmutarse: “de 16 aviones que atacan un grupo de fragatas solo dos llegarían al blanco”.
Nos miramos los más modernos en ese momento, los Alfereces al fondo del aula y comentamos: “tal vez algunos de nosotros sobreviva, ya que vamos atrás de los ataque”.

Un consuelo estéril dentro de lo duro y difícil que nos estaba presentando, aunque no duraríamos demasiado, ya que la cantidad de aviones y pilotos apenas nos alcanzaba para dos misiones; dicho esto y antes finalizar la explicación manifestó lo que debió haber sido y no fue, dijo:
“No se preocupen, ustedes no tendrán esos blancos ya que el peso del ataque a los buques lo realizará la Armada con los Super Etendar y el misil Exocet, sistema de armas que fue concebido para ello”, en parte fue real, aunque no la verdad completa ya que desde el 1 de mayo los ataque continuos y principales que realizó la Fuerza Aérea y el Grupo 5 fueron a buques de guerra.

En la semana siguiente el ritmo de estudio y análisis fue vertiginoso y dinámico, aunque estábamos acostumbrados a ello, no por eso dejaba de ser exigente y preocupante de acuerdo con el desarrollo de las circunstancias.

Los Harriers y buques fueron nuestro mayor desvelo, en veinte días los conocimos de memoria.
Fragatas tipo 21, tipo 22, destructores, portaviones, buques de desembarco y  de apoyo, etc. y también los de “engaño” como Queen Elizabeth y Uganda, a los cuales teníamos la orden de no atacar, a pesar que lo usaron para transporte de tropa, porque eran buques hospital y hasta “la suerte” del enemigo de contar con los nuevos misiles aire-aire del momento con guiado láser.

Como siempre el Grupo 5 de Caza quería estar en primera fila pero a veces no nos veían de la misma manera y mientras todos los Grupos Aéreos habían desplegado hacia el sur argentino, Reynolds seguía a la espera de su utilización y fue así que luego de unos días, el 13 de abril llegó la orden y desplegó el primer escuadrón a la Base Aérea Militar Río Gallegos, la cual sería nuestra base inicial hasta el 8 de junio, día durante el cual redesplegamos a la Base Aérea Militar San Julián.

Instalados allí, se comenzó con la capacitación y adiestramiento para adecuarnos al medio naval ya que las circunstancias a medida que pasaban los días nos establecían dentro de un conflicto no esperado.

En primer lugar el reconocimiento del vuelo sobre el mar, más bajo, más bajo y cada vez más bajo, porque era la táctica establecida para ingresar a la zona de combate y así no le dábamos la posibilidad al enemigo de desarrollar toda la poderosa defensa antiaérea que poseía, en tan solo una conjunción de un destructor y una fragata misilística.
En este caso nuestro adiestramiento era óptimo, porque así se utilizaba en nuestras hipótesis de conflictos del momento, entrar a la zona de combate bajo y la mayoría de los lanzamientos se hacían de la misma manera, solo debíamos adaptarnos al mar y así incrementar las probabilidades de supervivencia, un poco más de lo explicitado por la Armada que de 16 aviones solo 2 pasaban.

En segundo lugar, tuvimos la oportunidad de sobrevolar las costas tan accidentadas de nuestras queridas Islas y llevarnos una impresión de la forma de recostarnos sobre sus acantilados y accidentes geográficos para evadir los radares del enemigo, esa fue lo más placentero del adiestramiento, sobrevolar lo que todos quisiéramos pisar y ver ondear nuestra Bandera.

En tercer lugar la forma de tiro, no había dudas que si la aproximación era rasante por la defensa antiaérea tan poderosa, el tiro debía ser de la misma manera, así no nos exponíamos a ser derribados por el enemigo al levantar los aviones para realizar otro tipo de lanzamiento y para ello se utilizó un buque denominado Margory Glen encallado en la costa de Río Gallegos para la práctica con armamento de ejercicio y los resultados eran halagüeños ya que nuestro adiestramiento también era óptimo para esta circunstancia y ello fue demostrado luego en el combate.

En cuarto lugar, fue el estudio del armamento adecuado a utilizar contra los elementos de superficie, fue lo más difícil de lograr por no tener medios desarrollados para ello, por eso se probaron bombas de todo tipo, peso, volumen, características, como así también total variedad de espoletas y recién allá por finales de mayo se encontró el tipo de armamento que mejor resultado brindó.
Otro hubiera sido el final del conflicto si nuestro armamento utilizado hubiese sido el adecuado.

Esta explicación seguramente la habrán escuchado en muchas oportunidades y parece como si fuera normal, si bien nos destacamos por la improvisación y adecuación a las circunstancias que se nos planteaban, ello se debe a la versatilidad que caracteriza a la Fuerza Aérea, los análisis y evaluaciones no era tan fácil de realizar y mucho menos tomar decisiones, porque ahora estaba no solo sus vidas de por medio, sino la de los que ellos conducían y esta referencia la hago a nuestros Jefes de Escuadrillas, estaban atentos en todo momento y situación, presto a resolver los diferentes avatares que se les planteaban, teniendo en cuenta que luego de muchos años, la Fuerza Aérea tendría la oportunidad de probarse en combate y la obligación de defender a la Patria desde el aire.
Ellos demostraron que significaba ir adelante en una formación de combate.
Profesionalismo, capacidad, temple, coraje y demás calificativos que les quieran agregar, es sentirse orgullosos de haber compartido esta experiencia con personas de esta calidad humana.
Nuestros Jefes de Escuadrillas como:

Capitán Palaver
Capitán Zelaya
Capitán Carballo
Capitán Varela
1° Teniente Bustos
1° Teniente Velazco
1° Teniente Fillippini


A ellos, para que nosotros seguíamos con convicción y patriotismo, a ustedes muchas pero muchas gracias, porque para eso estamos acá para rendirles homenajes, y uno es para los que nos llevaron al combate, a los blancos y nos regresaron, o tuvimos la suerte de regresar, para dar testimonio de lo vivido y lo ocurrido durante la batalla.
Repito, gracias por siempre a nuestros Hermanos mayores.

No me puedo olvidar de los Jefes de Sección que acompañaron con experiencia y valentía las misiones ordenadas, muchas veces tuvieron que asumir según las circunstancias, el papel de Jefe de Escuadrilla, a la vista está que su desempeño no empaño en lo más mínimo los resultados, por eso otro agradecimiento para ellos:


1° Teniente Gavazzi
1° Teniente Guadagnini
1° Teniente Bolzán
1° Teniente Cachón
1° Teniente Sánchez
Teniente Mayor
Teniente Robledo
Teniente Nívoli
Teniente Autiero
Teniente Cervera


Muchas gracias por orientarnos y también llevarnos al combate cuando correspondía, sin dudas ni arrepentimientos, siempre apoyando para la toma de la mejor decisión y mostrarnos que el camino seleccionado era el correcto.

También agradecer a los numerales que a pesar de la escasa experiencia en la mayoría de los casos, no desentonamos, creo que con los ejemplos que teníamos adelante, nuestra preparación y convencimiento no podíamos defraudarnos a nosotros mismos, defraudar a nuestros superiores y principalmente a la Patria la cual nos legó sus aviones para defenderla:


Teniente Ibarlucea
Teniente Arrarás
Teniente Galvez
Teniente Rinke
Teniente Roca
Teniente Osses
Alférez Vázquez
Alférez Vottero
Alférez Gómez
Alférez Dellepiane
Alférez Carmona
Alférez Moroni


A ustedes también mil gracias por ser apoyo permanente, demostrar siempre compromiso y valor en el desarrollo de las misiones, y fundamentalmente por ser parte del mejor grupo humano que me toco participar con un objetivo común, con una fe inquebrantable y un eterno amor a la Patria.

Como resumen quiero reflexionar sobre el desempeño logrado por el Grupo 5 de Caza, esto no fue casual, si bien siempre la fortuna interviene en algunos aspectos, el estándar alcanzado fue más que superlativo, es difícil de entender que se haya participado y logrado destruir seis navíos… Ardent, Antelope, Coventry, Sir Tristam, Sir Galahad, Lanchón de desembarco) y averiar de consideración otros tantos… Argonaut, Brillant, Glasgow, Broadsword, Antrim, Fearlees… que es lo que se conoce de parte del enemigo a pesar del secreto impuesto, a la tercera flota naval del mundo en ese momento, con un medio obsoleto, sin ningún tipo de ayudas al piloto y armamento rudimentario con el cual no teníamos más alternativa que pasar sobre los buques, introduciéndonos en su terrorífica defensa aérea, sabiendo que en la mayoría de los casos la supervivencia no superaba ni el 30 por ciento, por eso donde está la respuesta?, que era lo que hacían estos Argentinos con tanto convencimiento y valor?
Esto lo podemos definir en algunas palabras:


Patriotismo: porque había que superar las diferencias y deficiencias con sentimiento.
Profesionalismo: porque sin capacitación y adiestramiento no se logran los objetivos.
Valor y Coraje: no hay dudas de esto ya que para llegar al blanco debíamos enfrentar el proyectil enemigo y meternos en el peor de los infiernos.
Templanza: para mantener la calma y confiar en nuestras aptitudes y capacidades.
Servicio: a la Patria porque para eso elegimos esta profesión.
Responsabilidad: ante los hechos, si se asume se hace, a pesar de las dificultades.
Respeto: hacia lo que debíamos hacer y porque no también hacia el enemigo.
Humildad: porque no éramos superhéroes, solo hombres comprometidos con nuestro deber y sabiendo que solo Dios esta por encima de todas las cosas.

Podría seguir agregando virtudes y aptitudes, la V Brigada era eso y mucho más, un conjunto de hombres valientes y generosos que el mundo los reconoció por su profesionalismo y por sobre todo un gran amor a su Patria, ya que por ella nos jugamos la vida, supliendo las deficiencias y las grandes diferencias tecnológicas, pero siempre amparados bajo la protección de Nuestro Señor y la Virgen de Loreto.

No puedo dejar de recordar y agradecer a nuestros oficiales, suboficiales soldados y civiles de los otros Grupos de esta Brigada heroica.

  

Al Grupo Base con su personal haciendo la custodia y defensa aérea de las Bases, tanto en continente como en las islas. Por su convencimiento sobre la tarea realizada, soportando todo tipo de infortunios, principalmente el asedio constante del enemigo, siguieron adelante sin mirar las necesidades y diferencias. A ellos que demostraron compromiso y un gran sentido del deber, también muchas, pero muchas gracias por ser parte de este grupo de argentinos respetuosos de su amor a la Patria.

 

Al grupo Técnico, con sus Ingenieros, Mecánicos, Armeros y demás especialidades, que sin su invalorable tarea no se hubiese llegado a los resultados obtenidos, sin descanso, con frío, sin comer, sin las mínimas comodidades para trabajar. Ellos estaban primeros en la línea para enviar a sus aviones y pilotos al combate, y luego la larga y tensa espera del arribo de los que despidieron. Las reparaciones durante la madrugada, el modificar las espoletas para un mejor resultado, todo el servicio y patriotismo manifestado, que fue puesto en evidencia y enaltecido hasta del extranjero, también nosotros los reconocemos, por ello la gratitud será siempre nuestra primera palabra ante tan importante empeño. Grupo Técnico 5 también muchas pero muchas gracias.

Los homenajes y agradecimientos hasta aquí realizados, no tendrían su relevancia, sino hubiesen estado nuestras vidas de por medio y cuando de vidas hablamos, es allí la fundamental importancia que tuvo esta gesta, donde Argentinos Patriotas la dejaron en defensa de su Patria.
La soberanía de nuestro territorio es lo que nos encomendaron custodiar y haciendo Honor a la Promesa de Defenderla hasta Perder la Vida, hubo 649 Argentinos en total, entre ellos 55 de la Fuerza Aérea y de ellos nueve Ángeles Halcones que es nuestra razón de ser de esta ceremonia, rendirles el eterno homenaje por su entrega y a quienes nos van dejando en el camino de la vida.

Nosotros, los que regresamos no fue por nuestra voluntad, sino por designios solo conocidos por Dios, por eso es nuestra obligación moral de mantener vivo el recuerdo de quienes quedaron en el Atlántico Sur como referentes permanentes del sacrificio realizado en la defensa de Nuestras Queridas Islas Malvinas.
Nuestra responsabilidad es dar permanentemente testimonio de sus acciones, desde la paz hasta su paso a la inmortalidad, que solo se mantiene al no dejarlos caer en el olvido, porque es allí donde comienzan a morir.

Por eso este enorme conocimiento histórico que tenemos, debemos difundirlo a quien nos quiera o no escuchar, principalmente a los jóvenes que son el futuro del país, porque por nosotros nuestros Ángeles Halcones seguirán volando más alto y más lejos, en el corazón de sus familiares, amigos y del pueblo argentino.

Es así, que ya adentrados en el conflicto, donde escuchábamos de los otros Grupos, las lamentables pérdidas de camaradas, el día 12 de mayo recibimos el peor de los golpes en nuestro Grupo 5 de Caza, no solo por ser el primero sino porque fue el día que mas camaradas y amigos perdimos en la batalla.
Salieron con todo el temple y profesionalismo que los distinguía y fue así que atacando a mar abierto, que era la peor de las posibilidades de supervivencia, a la fragata Brillant y el destructor Glasgow, en ese cruento combate dejaron su vida el 1° Teniente Oscar Manuel Bustos, un novel Jefe de Escuadrilla con una sonrisa siempre a flor de labio y una gran humildad pero en su trabajo siempre responsable y meticuloso.

  
El Teniente Mario Víctor Nivoli, Jefe de Sección, quien además de padre de nuestra promoción 45 de la Escuela de Aviación Militar, fue mi ladero en tierra cuando realicé el vuelo solo no hacia más de un año, serio y de poco hablar, pero con una paz interior que transmitía constantemente tranquilidad y plena confianza en su accionar.
El Teniente Jorge Rubén Ibarlucea, persona excelente y con una generosidad, digna de imitar, él no estaba en el grupo y regresó desde su destino, en el Escuela de Aviación Militar para sumarse a nosotros, que gallardo, noble y desinteresado ejemplo.

  
El 1° Teniente Fausto Gavazzi, un hombre de un espíritu y fortaleza para admirar, siempre estaba dispuesto a todo y no se amedrentaba ante nadie, el infortunio lo llevó a ser derribado por la artillería argentina, errores lamentables de una guerra y más la nuestra, donde el trabajo conjunto fue escaso y puntual.
Luego de este nefasto día llego el 23 de mayo con una sorpresa mayúscula, nos dejó el 1° Teniente Luciano Guadagnini, lejos el más divertido, vivía con un chiste en la boca y apodando a todos, pero eso no lo hacía menos profesional. Con gran coraje llevó a su numeral a la victoria en el ataque mortal a la fragata Antélope, todavía recuerdo que ponía música en la Casita Bariloche para alegrar las jornadas, que buen tipo!!.
Parecía que los días aciagos no nos daban respiro, por eso el 25 de mayo, día de la Patria, otra amargura y desazón nos embargaba al enterarnos que el más antiguo de nuestros Jefes de Escuadrilla no regresaría de su incursión a las Islas, derribado por el destructor Coventry.

El Capitán Hugo Ángel del Valle Palaver nos dejó su seriedad y responsabilidad, pero principalmente esa tranquilidad que todo estaba controlado, el aplomo del conductor representado en su personalidad.

Los combates pasaban y los resultados a veces nos favorecían, el único piloto que se eyectó, lo hizo con seguridad y el 1° Teniente Mariano Velazco, salvó su vida gracias a Dios, atacando un puesto de combate inglés.

  

Antes de terminar el conflicto, cuando se había realizado una operación aérea más que exitosa durante la mañana del 8 de junio, fue que promediando la tarde la otra cara de la guerra nos mostró su garra, y lamentablemente fueron derribados por aviones Harrier y los nuevos misiles de guiado láser el 1° Teniente Danilo Rubén Bolzan, otro Halcón que retornó de su destino en Córdoba, para unirse a nuestro grupo, que generosidad, que entrega, que ejemplo, un gaucho con mayúsculas, improvisado Jefe de Escuadrilla que no dudó en asumir el nuevo rol dejando su vida en ello, no sin antes hundir un lanchón de desembarco.
El Teniente Juan José Arrarás, persona correcta para todo, serio, responsable, emanaba una misericordia que lo enaltecía y la humildad era su mayor virtud, alcanzó a eyectarse pero lamentablemente no sobrevivió.
También se llevó a mi amigo y hermano de la vida con quien compartíamos habitación, el Alférez Alfredo Jorge Alberto Vázquez, si que tenia vitalidad, honrado y respetuoso, no lo podía sacar de las reglas, siempre correcto y un convencimiento de su responsabilidad que lo llevó hasta donde él y todos los Ángeles Halcones juramentaron:

“DEFENDER LA PATRIA HASTA PERDER LA VIDA”

La historia estaba escrita, pero los designios de Dios, solo él los conoce y por circunstancias de la vida, vamos perdiendo en el camino a otros guerreros Halcones que combatieron heroicamente junto a nosotros, hace años nos dejó el Teniente Omar Gelardi, en circunstancias de una demostración aérea casualmente en Inglaterra, otro de los pilotos que regresó de su destino para unirse al grupo en el combate, esa entrega y generosidad demuestra quién era, un hombre fiel a sus principios y consideración con sus camaradas pilotos.


Y últimamente nos dejó el Capitán Carlos Varela, tozudo y verborrágico como nadie, defendía sus razones con convencimiento, demostró un coraje y desenvolvimiento ejemplar como Jefe de Escuadrilla, la anécdota en la aproximación final del último ataque del Grupo 5, al consultar al radar si veía sus aviones y responderle que no, dijo lo siguiente: “Entonces ellos tampoco”, refiriéndose a los aviones enemigos, con estas escuetas palabras dio a sus numerales un poco de tranquilidad que necesitaban para continuar con el ataque y a el mismo para saber que el enemigo no llegaría a derribarlos antes de alcanzar el blanco.
La lealtad y el sinceramiento lo identificaban, siempre fueron su norte.

Nueve Ángeles Halcones a los que ahora debemos sumar dos, son hombres que mostraron el camino, cuando uno elije que hará con su existencia para realizarse en la vida, la mayoría de las veces las personas no logra llegar al final de la prueba, ellos sí lo hicieron, eligieron ser pilotos de combate y defender a su patria cueste lo que cueste, y sacrificaron los mas valioso que todos tenemos, la propia vida, pueden sentirse orgullosos de su destino, ustedes eligieron el camino y se demostraron y mostraron al mundo de que estirpe estaban hechos, su pasado por la vida terrenal fue ejemplar, el coraje y valor los distinguió, vaya este reconocimiento y homenaje de quienes compartimos sus últimos momentos y tengan por seguro que su llama permanecerá viva por siempre.

Están en el lugar de los elegidos y seguramente al lado del Señor, descansan en paz!:

Comodoro (R) VGM Jorge Nelson Barrionuevo

Luis Satini

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