“Escuadrón Fénix” Fuerza Aérea Argentina

En esa época era empleado de la firma Bunge & Born S.A. y me desempeñaba como Gerente de Mantenimiento del Departamento de Aviación de la Empresa, tanto para la flota de Argentina como para la de Brasil.

Con fecha 22 de Abril de 1982, ya recuperadas las Islas Malvinas desde el día 2, nos llega a cada domicilio de los tripulantes y técnicos del Lear Jet 36A LV-LOG s/n 36-005, un telegrama de convocatoria a alistamiento en la Fuerza Aérea Argentina; así mismo se le solicito de modo similar a la Empresa, la participación del avión mencionado.

El día 23 de Abril nos presentamos en el Edificio Cóndor para una reunión explicativa de la posible utilización del avión y su tripulación en las operaciones militares de la fuerza, que se estaban desarrollando por motivo de la recuperación de las Islas.

Al día siguiente, 24 de Abril nos convocan a la VII Brigada Aérea de Morón, donde recibimos los uniformes y grados correspondientes a la Fuerza Aérea Argentina.

Los convocados fuimos: Comandante Federico Arocena, Comandante Emil Williams y Tecnico de Vuelo Adrian Petroccello.

Luego de ese trámite nos dieron nuestro primer destino que fue la Base Aeronaval de Punta Indio, perteneciente a la Armada Argentina.

Desde ese destino realizamos varias misiones de verificación mar adentro, aproximadamente unas 1500 a 1600 millas de la costa, acompañados abordo por personal de la Armada, con el objetivo de detectar la presencia de buques ingleses.

Unos días después nos destinaron a la IX Brigada Aérea de Comodoro Rivadavia, donde el tipo de misiones cambio radicalmente…

Dado que nuestro avión Lear Jet, por ser un modelo 36A, estaba equipado con mayor capacidad de combustible y por consiguiente mayor autonomía que los demás aviones similares se le asigno un tipo de misión que era de largo alcance en ese momento, pues como la Flota Inglesa estaba en camino a las Islas, pero aun a mucha distancia, era importante poseer esta capacidad.

Nuestra misión consistía en partir de Comodoro Rivadavia con un determinado rumbo informado en nuestras Ordenes Fragmentarias y a cierta distancia determinada, comenzar a realizar un cambio de rumbo de 160°, volar unos minutos, volver a cambiar 180°, otros tantos minutos iguales y repetir ese esquema varias veces. Al cabo de esta maniobra, realizábamos un descenso de alta velocidad, prácticamente a la VMO del avión hasta casi pegarnos a las olas a unos 200 pies de radio altímetro durante varias millas para luego ascender a niveles de crucero y desde allí volar hacia el Continente nuevamente.

¿Qué objetivo tenían estas maniobras? Perturbar el radar de la Flota Inglesa

La cosa era así: Nuestra orden determinaba la posición de la Flota y tenía un estimativo del alcance de su radar, por lo que al realizar la maniobra de cambio de rumbo, no hacíamos otra cosa que entrar y salir del lóbulo de alcance del mismo, por lo que a sus operadores lo que les aparecía eran “diferentes” blancos, en “diferentes” posiciones, apareciendo y desapareciendo del límite de su cobertura.

Obviamente esto implicaba que se produjeran Alertas Rojas en las naves, el despegue de sus aviones y helicópteros de protección y la movilización de su tripulación ante un posible ataque…que no sucedía.

Estas misiones se repetían varias veces en el día con el objeto de desgastar a nuestro enemigo y por otra parte permitían que el Radar de Malvinas pudiera detectar de qué zona se producían los despegues y así saber las distancias estimadas a la que se encontraban.

Cuando la flota estuvo ya en la Zona de Operaciones, y comenzaron los ataques aéreos de los aviones de nuestra Fuerza Aérea, pasamos a realizar otro tipo de misiones que entre otras, eran las de retransmisores de comunicaciones o básicamente Controladores Aéreos.

Nos posicionábamos a 41000 pies entre las Islas y el Continente y asistíamos a los aviones Lockheed Hércules C130 de la Fuerza Aérea, Fiat G222 del Ejercito o Lockheed Electra de la Armada que realizaban el cruce en vuelo rasante, pegados al mar a no más de 50 metros del agua, a fin de no ser detectados por el enemigo, llevando preciadas cargas para nuestros combatientes en Malvinas, y totalmente incomunicados con tierra debido a su nivel de vuelo.

Otras de las misiones eran la de verificación de la Costa durante la noche, despegando desde Comodoro Rivadavia y siguiendo la línea de costa, tanto para el norte como para el sur, tratando de detectar la posible presencia de buques enemigos.

También realizamos vuelos llevando personal militar entre las bases, heridos, correos y hasta armas entre Comodoro Rivadavia y la I Brigada Aérea de El Palomar.

Una de las misiones más duras que nos toco realizar fue la infructuosa búsqueda de sobrevivientes de la tripulación del Hércules C-130 TC-63, derribado por el fuego de un avión Sea Harrier de la Armada Británica el 1° de Junio de 1982.

En total volamos casi 100 hs al servicio de la Patria.

El día 10 de Junio de 1982 fue desafectado el avión y su tripulación del Escuadrón Fénix.

Adrián M.G. Petroccello
Línea Ala

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