“Hay ciertas cosas que no podremos decir jamás”

Pienso que si me muero sin contarlo se habrá perdido algo que valía la pena contarlo, no por uno, sino por lo que significó la gesta Malvinas.
Así como la operación del C-130 perseguido por un Sea Harrier pudo ser la de mayor peligro, la emoción más grande la tuve después de la guerra, en 1996, y no en la Argentina por supuesto, sino en La Haya por un reconocimiento de pilotos de la RAF (británicos).

Ocurrió que la Real Fuerza Aérea Holandesa organizó el “Primer Simposio del Poder Aéreo en la Historia ” en la Escuela de Guerra en La Haya, en 1996.
Era sólo para los países de la OTAN, pero los organizadores quisieron que la historia del poder aéreo en Malvinas fuera dada por un argentino, y como tenían en la biblioteca mi libro traducido y publicado en idioma inglés, me invitaron a hacer la presentación.

Esto para contradicción de los ingleses, que mandaron una delegación de aquellas: dos mariscales del aire de la RAF (R) -un full marshall y un vice-marshall, una mariscal más en actividad, dos comodoros (uno del comando de la OTAN en Bruselas y el otro de un destino en Londres y no me acuerdo quien más. Era la delegación más grande junto con la de EE.UU.

Y allí había que exponer desde la guerra de Abisinia en 1908, hasta la del Golfo Pérsico e Irak, pasando por las dos guerras mundiales, Corea, Vietnam, etc. Desde ya que los curriculums de estas autoridades e historiadores eran de película…

La delegación argentina tenía un renglón: decía “Com. Rubén Moro, Mar del Plata”.

El día del arribo a La Haya, después de un vuelo como de once horas en KLM, el Comandante en Jefe de la Real FA Holandesa nos dio una recepción en el Lobby del hotel, y en su bienvenida mencionó que había allí alguien que había volado once horas para asistir al simposio, lo cual era raro dado que los países de la OTAN son casi todos europeos y hasta pueden ir en auto a Holanda.

Estábamos de civil, degustando algo, cuando se me acerca un señor y me dice “¿Ud es de la FAA ?” seguramente al ver mi cara de batracio de otra charca y cuando le contesté afirmativamente explotó en halagos para decirme que era un comodoro en actividad de la RAF y que en la fuerza tienen una enorme admiración por la FAA por lo hecho en Malvinas.

A mi se me puso la piel de chiquen chiquen, una de las mayores emociones de mi vida porque era algo que no me esperaba y que comprendía que no era para mi, era para la FAA, para todos los que combatimos y cayeron en la gesta.

Se me aflojaron las patas (digamos: extremidades inferiores).

También me contó anecdóticamente que estando él en el portaaviones Hermes con otros pilotos en los momentos libres, cuando aparecía el Oficial de Órdenes con los partes inmediatamente lo rodeaban todos los presentes para conocer las novedades, y antes de empezar a leer decía “another ship! (otro buque!) y cuando le preguntaban “Argentine Air Force..?? y recibían la respuesta, no sabían si llorar o reír, porque a la pena por sus compatriotas debían sumar la admiración por los ataques de profesionales con los que se sentían unidos por una vocación compartida, la de aviadores, no la de marineros.
Digamos para terminar que el título de mi presentación era “El pequeño poder aéreo de la Royal Navy : razón de ser el Conflicto del Atlántico Sur”. Si caía en el frente del simposio iba a ser combatiendo, y combatir en ingles no iba a ser fácil, pero bue! …si zafamos de los Harrier en el Atlántico Sur, capaz que me salvaba en la tierra de los tulipanes.

Cuando terminé los dos mariscales levantaron la mano y pensé para mis adentros “…sonaste ROM”.

Sin embargo, creo que levantaron la mano porque se sintieron en la obligación de decir algo, no para contradecirme o discutir conmigo, sino porque me dio la impresión que allí, en medio de historiadores militares profesionales, todos estaba convencidos que el título y contenido de lo que había dicho… era la verdad. Y así me lo hicieron saber los organizadores de la RFAH , quienes estaban preocupados de antemano por la oposición de los británicos a que un argentino expusiera en el simposio, y por suerte para ellos no fue un fracaso.

Antes de despedirme, al full marshall (que había sido Jefe de Inteligencia Militar durante la Guerra ), le dije “Sir Michael, espero que algún día, cuando termine el período de veda del Acta de Secreto Militar de treinta años (que ya expiró), tal vez nos enteraríamos de ciertas cosas no reveladas.” (*)

cosas 1

Me contestó cordialmente “Rubén, hay ciertas cosas que no podremos decir jamás”.

Le dije: “Yes, I know..” (Si yo lo se…); me contestó “Yes I know that you know..” (Sí, sé que sabes…).
(*) Sir Michael Armitage, Air Chief Marshall (ACM), uno de los rangos más altos en la RAF, equivalente a general o almirante, quien fuera el Director del Servicio de Inteligencia en 1982. Él era el segundo del General Glover, (Deputy Chief of Defence Staff Intelligence).

Escrito enviado por el Com VGM (R) Rubén Moro al Com.VGM (R) Oscar Spath.

Luis Satini

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