Premio Eduardo Abella Nazar

El periodismo en las Fuerza Armadas Argentinas, ocupó un lugar muy sencillo a través de los años, produciéndose un cambio significativo luego del conflicto armado de 1982, por la recuperación de las Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur.

A partir de ese momento y hasta la actualidad, un grupo de personas nos dedicamos a mostrar logros de nuestros Soldados y dejar de lado la desmalvinización realizada por una maquinaria diabólica manejada desde el mismo estado argentino.

Ese mismo estado que reprimió compulsivamente a las FFAA, llevándolas hasta un caos insólito, con presupuestos mínimos haciendo en muchos casos inoperables sistemas de armas, situación ésta no comprendida por propios y extraños, desmereciendo también a los Veteranos de Guerra y llevando a los jóvenes hasta la muerte, en el caso de los pilotos de la FAA.

En la República Argentina, durante el mes de junio, más precisamente el 7, se homenajea a los periodistas, se recuerda el primer diario de la etapa de independencia nacional, la Gaceta de Buenos Aires, que nació en 1810 de la mano de su precursor, Mariano Moreno. En la misma tuvieron activa participación importantes personajes de nuestra independencia como Manuel Belgrano y Juan José Castelli.

En cuanto a nosotros se refiere, la Fuerza Aérea Argentina celebra cada 1º de junio el día del periodista aeronáutico, producto del primer boletín mensual del Aeroclub Argentino, que apareció en 1911, dando comienzo a la difusión de la actividad aérea civil y militar.

Durante los años 70, la revista Aeroespacio cautivo a miles de jóvenes y adultos que seguían a una FAA pujante, que periódicamente incorporaba nuevo material, manteniendo el espíritu de liderazgo en América. Esta publicación tuvo sus orígenes a partir de 1941, según reza en sus archivos.

Pero tal cual mencionaba en párrafos anteriores, la desmalvinizacion y los recortes de presupuestos, hicieron que de a poco la “tirada” mensual desapareciera.

La llegada de la Internet hizo cambiar un poco los rumbos, de esta manera colegas periodista y fotógrafos, comenzaron la ardua tarea de “contar” y “mostrar” la realidad de la FAA.

También y esporádicamente, en algunos periódicos de diferentes ciudades, comenzaron a brindar a todo el público, los testimonios y hazañas de las acciones bélicas, destacando los actos heroicos y la entrega de camaradas.

La Fuerza Aérea Argentina presenta su página ilustrando y brindando información oficial de sus actos, componentes, material y actuaciones, material recopilado por la Dirección de Estudios Históricos de la institución.

Paralelamente comienza Noticias en vuelo, formando parte de las noticias y con relatos de los eventos que realiza la institución, con coberturas en cada unidad y organismo

Nazar era especialista en novedades de las Fuerzas Armadas y trabajaba para el diario “La Nación”.

El 6 de septiembre de 1957 se encontraba cubriendo un ejercicio de tiro y bombardeo que desarrollaba la Fuerza Aérea en la zona de la Laguna de Mar Chiquita, cuando el avión Calquin que tripulaban junto a Zocchi, se precipitó a tierra y se incendió tras chocar en el aire con una máquina similar que tomaba parte en el operativo.

Los aviones pertenecían a una escuadrilla de la IV Brigada Aérea de Mendoza y se disponían a aterrizar en la pista de Camet luego de cumplir ejercicios de tiro sobre Mar Chiquita.

De esta manera fallece en cumplimiento de su actividad profesional y en su honor, la Sala de Periodistas del Edificio Cóndor, sede central de la FAA, lleva su nombre.

Desde comienzos del año 2014, el brigadier Alfredo Amaral como secretario general de la FAA, creó un reconocimiento para destacar la labor en la difusión periodística en las unidades y organismos de la Institución. Esta distinción lleva el nombre del primer periodista aeronáutico, “Abella Nazar”.

El primero de ellos se otorgó por primera vez, al personal de la división de Prensa de la II Brigada Aérea con asiento en Paraná y que cumplió funciones durante el año 2013.

En esta ocasión, recibieron el premio el suboficial ayudante Daniel Montero; la suboficial auxiliar Romina Trento; la cabo primero Yanina Roth y el personal civil Sergio Otero.

Acto de recordación

En 1999, al cumplirse 42 años de su muerte, la Fuerza Aérea Argentina rindió homenaje al periodista en la plaza de armas de la base de Mar del Plata. La conmemoración fue presidida por el jefe de la unidad en esos momentos, el comodoro Rodolfo Savoia, y contó con la participación de la madre de Eduardo, Martha Nazar de Abella Caprile, y seis de sus hermanos, Federico, Daniel, Arturo, Carlos, Cristian y Bartolomé Abella Nazar, que viajaron especialmente desde Buenos Aires.

Al recordar al caído, Savoia destacó el coraje del joven Abella Nazar: “Hemos elegido la plaza de armas para realizar este homenaje porque ése es el caso de este noble periodista, que murió cuando en el lugar del observador acompañaba al primer teniente Elbo Federico Socchi”.

Reconocimiento

“Murió cumpliendo con su deber, haciendo lo que quería, y cuando se recuperaron sus restos, entre ellos estaban las notas que había tomado para la crónica que lamentablemente nunca pudo escribir. Por eso, al recordarlo hoy, también hacemos un reconocimiento a la valiosa profesión del periodista”, expresó el militar.

Posteriormente, el jefe de la unidad, acompañado por la madre de Abella Nazar y de sus hermanos Cristian y Bartolomé, descubrió una placa conmemorativa al pie del mástil de la plaza de armas, lugar en el que se depositó también una ofrenda floral. Asimismo, se incorporaron en el Salón Histórico de la base los facsímiles de las páginas de los medios de prensa que reflejaron por aquellos días el trágico suceso.

La Nación

En el 2007 se cumplieron 50 años de la desaparición de Eduardo Abella Nazar.

Las crónicas de la época relataron cómo fueron los hechos. El accidente se produjo cuando la escuadrilla de 12 Calquin de ataque y bombardero, de la base El Plumerillo, Mendoza, se aprestaba a descender en el Aeroparque luego de cumplir su misión.

“En tales circunstancias -se escribió en La Nación-, al tomar las máquinas formación escalonada para reconocimiento de pista y aterrizaje, una de ellas rozó a la otra provocándole la destrucción de medio plano. Esta máquina dio una vuelta de campana y se precipitó a tierra, estallando los tanques de combustible e incendiándose totalmente y falleciendo sus ocupantes: el primer teniente Helvo Federico Zocchi y el enviado especial de La Nación, Eduardo Abella Nazar.”

La crónica señalaba que “el otro avión logró mantenerse, aunque muy dificultosamente, en vuelo hasta llegar a la altura del autódromo, sobre el camino a Necochea, donde realizó un aterrizaje forzoso”.

“La máquina tocó suelo con violencia y se fue desplazando a tumbos, perdiendo grandes trozos de su fuselaje, cola y planos, y uno de sus motores se desprendió. Salvaron sus vidas milagrosamente el piloto Capitán Ricardo Hawalli y su acompañante, el capitán Rubén O. Jousset”, concluía la reseña del hecho.

Eduardo Abella Nazar era el mayor de ocho hermanos e hijo de Eduardo Abella Caprile y de Marta Nazar. Su padre era bisnieto del general Bartolomé Mitre, periodista y accionista de la Nación y sobrino de Margarita Abella Caprile, poeta argentina que dirigió el suplemento literario del diario durante varios años. Realizó sus estudios en el Liceo Naval Almirante Brown y en la revista de esa institución hizo los primeros ensayos literarios.

Coberturas y misiones

Las notas más recordadas de Eduardo Abella Nazar en La Nación fueron al regreso de una expedición oceanográfica por los mares del Sur a bordo del balizador Ushuaia, cuyo objetivo había sido recorrer las instalaciones de boyas, balizas y faros que abundan en el litoral patagónico, elementos que deben ser examinados y provistos de combustible una vez por año.

Al regreso de ese viaje, Abella Nazar partió a su nueva misión periodística: las maniobras aéreas -llamadas Vulcano I- que se desarrollaron en Camet, Mar del Plata.

La tarea consistía en observar el ejercicio desde tierra, pero su afán e ímpetu por contarlas al tiempo de vivir una arriesgada experiencia personal lo llevaron a abordar la aeronave trágica.

Por haber vivido en San Isidro hasta su muerte, en su homenaje hay un proyecto, impulsado por el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, de designar con su nombre una calle del partido.

Desde hace muchos años hay, en la Redacción de La Nacion, un retrato que recuerda al joven periodista de cuya muerte se cumple medio siglo.

Los I.Ae.-24 Calquín en la Fuerza Aérea

A-50, nº/serie  050, entregado el 2/8/1949, asignado al G1A el 13/3/1951, destruido tras accidentarse en Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, el 6/9/1957, colisionó en el aire con el Calquín A-31, falleciendo su piloto, el 1er Teniente Helvo Federico Zocchi y el periodista del diario La Nación, Eduardo Abella Nazar que cubría los ejercicios militares que se estaban desarrollando en la laguna de Mar Chiquita (denominados ejercicios Vulcano I).

Bibliografía: La Nación /Prensa IV Brigada Aérea /Noticias en Vuelo

 

Luis Satini

 

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